ULTIMATUM

Fragmento de los Diarios de Keith Haring

He vuelto a casa a las dos y media de la noche y he llamado a Juan, Dice que, si no le regalo un anillo de compromiso, no piensa venir a Tokio. Por supuesto, ha empezado a contarme que en NY todo el mundo quiere acostarse con él. Está convencido de que ni nos comprometemos ya no tendrá tentaciones de ir follando por ahí como antes. Yo no estoy tan seguro. De hecho, yo no voy follando por ahí como él cree. La gente no se me echa encima todo el tiempo. Por supuesto que miro ¿y qué? Al final nunca pasa nada. Estoy seguro de que para él es distinto, porque es un objeto sexual andante. La verdad es que estoy hecho un lío. A veces tengo ganas de ser independiente, pero si un día me llama y me dice que se va y acaba haciéndolo, me voy a volver loco. Nunca he servido para estas cosas. Nunca he entendido el amor ni he tenido una relación tranquila. Parece como si siempre fuera detrás del rechazo y, cuanto más me quieren más me cuesta aceptarlo, porque, de hecho, deseo que me hagan daño. Por lo visto, me gusta compadecerme de mí mismo. Quizá va siendo hora de casarme. No estoy seguro de poder vivir sin Juan, si es que llegamos a ello. Soy condenadamente celoso y al mismo tiempo me excita la idea de que Juan sea un objeto sexual. Toda nuestra historia ha sido cosa del destino.  Y ya se sabe que uno no puede follar con el destino.