Un poema de J. Ricart
Con los años aprendes que el amor
es una cuestión bizantina
y que el poema es un divertimento
para muchos, alejandrino.
A fuerza de escarmientos y de escarnios
te acostumbras a seguir el rumbo
tan solo por inercia,
a refugiarte entre los muros de tus libros,
a creer en la belleza
como última utopía
Vives sin amor, vagas sonámbulo
entre bultos extraños
besas a desconocidos en espejos
aun sabiendo el frío de su trampa.
Por eso, en cada joven nocturno
buscas un desnudo dócil,
una caricia fácil
un ángel bellísimo aunque sin alas.
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