28.11.12

QUEJAS DEL AMANTE, POR LAS INVISIBLES HERIDAS


Un poema de Manuel Francisco Reina

Tus ojos llevan fuego de tristeza;
tristeza tu ademán de desafío,
feroz es tu pasión, es desvarío,
hoguera en que se arde tu belleza.

En cambio, tanto filo de dureza
se torna delicado como un río
que en cauce de mi boca es sólo mío
llevando diamantina pureza.

¿Y quién te lastimó, príncipe bello,
y quién te hizo heridas invisibles
y puso a tu grandeza tanto muro?

No hay nada más hermoso que tu cuello
que dándose a mi boca impredecible,
gemía resplandores en lo oscuro.

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