24.10.12

A SALVO DE LA FURIA DE LO HOMBRES



Un poema de Leopoldo Alas


Un día las dejé, cuando los hombres
por fin me reclamaron, y en sus brazos
calmé la frustración de no ser como ellos.
Idealicé su fuerza y su belleza
y vi en sus ademanes la inocencia
que para siempre en mí se había perdido.
Contra mi inteligencia, padecí
el síndrome del hombre masculino.
Y en sus rasgos femeninos, por raros
que estos fueran en los hombres,
pensé que adivinaba un futuro más justo.
Los hombres me sacaron de aquel valle
que me apartaba de ellos. Porque yo los temía.
Podían atacarme, y ellas me defendían.
Podían despreciarme, y ellas me valoraban.
Podían asustarme, y ellas me devolvían
una imagen de mí que me gustaba.
peor también podían poseerme.
Y tuve que rendirme a esa evidencia
para gozar con ellos.
Por eso me alejé de las mujeres.



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