11.6.12

ADOLESCENTE DE SAL



Un poema de J. Ricart


Con la mirada
recorro cada recoveco
de tu cuerpo prohibido
como una abeja que busca
néctar en un jardín escondido:
acaso un sudor de jazmines
aroma de ángel, o de rosas leves.

Lánguido duermes
en tu calma de estatua griega
sobre la arena desamparado.
Apenas un trozo de licra
disimula la dicha censurada
por un decoro hipócrita.
        
Repleto de goce furtivo
de poseerte ilícito
a través de la espuma de mis versos,
reclino la cabeza en la toalla
para seguir soñando
en cómo adentrarme en tu piel
bruñida por el sol,
abrirme paso hasta el hueso
y luego lamer la salobre herida
que jamás sacia.




No hay comentarios: