26.3.12

VENENO


Un poema de J. Ricart

Se ha escapado
del cesto de la noche.
Acecha sigilosa
mientras todos dormitan.
Repta hipnotizada
hasta asomar su lengua
por la tela ceñida de algodón.

Orgullosa yergue su cuello
y exhibe su insolencia.
Longitudinalmente
desenrosca su peligroso látigo
y extiende su volumen
sobre el abdomen indefenso.

Con una mano trata atraparla
pero indómita resiste el embate.
Se retuerce lúbrica y resbala.
De nuevo insiste, y la furia duplica
aún más su violencia.

Inyecta fuego en las venas
y en su infierno interior se licua.
Como un arco tensa los músculos,
y se lanza mortífera al ataque.
Apunta, dispara y derrama
feliz su veneno perlado
como lágrimas de cera blanca.

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