
Un poema de José María Ribelles
Otra luz se tersaba
desde profundo haz.
Rondaba luna llena
entre el agua y la tierra.
Fue la brisa más suave
en última delicia
dando negro de plata
y volutas del gris.
Se desnudaba presto
mostrando sus encantos
con pródigo talento.
Esparció con esmero
el amado tacto
y cobró mis veneros.
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