HALIM

Un poema de J. Ricart

Vuelves a mí con la nostalgia
de una ciudad abandonada
o como un perfume lejano.
Aún conservo
como si fuera un talismán,
aquel trozo de servilleta
hoy arrugada,
donde me dibujaste tu nombre.

Ahora soy yo el que escribe
tu nombre entre mis versos,
como el artesano
que incrusta nácar joven
en madera oscura y vieja.
Querido Halim:
yunque y yugo de mi palabra,
hoy he buscado
en un diccionario tu nombre
y he descubierto
lo que mis labios ya sabían.