21.2.11

OSCAR WILDE


Un poema de José María Muñoz

Bien lo quisiste: ni escándalos ni cárceles
abatieron ese desdén por lo vulgar. Estaba dicho
todo. Quien apostó por esa belleza
lo mantuvo en silencio; el miedo calla
con la brutal herida del veneno.
Todo el que murmuraba presentía
el rigor de estar vivo; por sus dudas
una invasión de incómodos paisajes
se dibujaban en lo más hondo. Mas callaban
de la misma manera que nadie puede olvidar
su pasado en la noche, el resquemor que ardía.
Hoy en la gloria del aire se pasea
tu nombre. a tu memoria han puesto
avenidas y calles. Te citan los sabios oficiosos
y multitud de muchachos, a escondidas,
guardan tus libros bajo la almohada blanca
de sus lechos de polen y de nieve.

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