22.11.10

LA BUSQUEDA




Fragmento extraído de la novela
El sol de la decadencia
de Luís Antonio de Villena


¿Qué buscaba entre los boxeadores aquellos, en una vida que parecía sin barreras, llena en apariencia de delicia? Y me gustaba, claro que me gustaba no soy ajeno. Y a menudo no hace falta probar o intentar nada. Ves al chico, lo miras. Cualquier día, ya lo dije, lo miras por azar ducharse desnudo, bromear con otros, o es el quien aprovechas cualquier circunstancia para que lo veas. Y poco más. Sabes lo que hay. Luego hablas con él o él hace asimismo por hablar contigo, y te percatas mejor. Le gusta coquetear. Algunas otras veces, es verdad, caes en sus brazos. Lo buscas o lo busca él. También ellos quieren ahí probar que valen, que son lo que esperabas o aún mejor. Y sólo hablamos de aquello. Y surge finalmente algo difícil de contar para quien no lo sabe. Cuando no entra en estas relaciones que no debo decir ilícitas, aunque lo sean para quienes miran corto y fuera, para quienes tantas cosas se niegan, entra también en un gabinete caldeado (los palacios subterráneos que dijeron) y que, aunque pueda haber tormentas y zozobra, crece mucho íntimo sosiego. Puede hacerlo. Cordialidad, deseo, ese aletear de fricciones y espacios distintos, en tantas direcciones y sentidos; no diré que sea amistad puramente, no es eso, ni tampoco amor, pero se llega a un cruce de los dos con otros elemento novedosos, híbrido y de magnífica potencia cuando brota.

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