Un poema de Dionisio Cañas
Llevar hasta el final un pensamiento
impulsado por el amor o por su ausencia
retormarlo luego como si nada hubiera ocurrido
escribirlo sin describirlo hablar con él
hablar con él fundirse con él
revolcarse revolcarlo negarse y negarlo
aludir a las tardes trastornadas que habitan
una memoria acribillada por los otros
alimentada sólo por los otros esos seres
que viven fuera de ti y son parte
en sus partículas más íntimas más detestables
en sus más elogiables actos
Constatar con lucidez que amamos el crimen
los cuerpos desgastados y también los campos
y el día adueñándose de los días y de nuestra voluntad
Volver a dejar que la representación
empiece monótona cansina y siempre nueva
esa fe que tenemos en le futuro
su amenaza y sorpresa que nos hace
y deshace a cada instante
sin que por ello podamos rebelarnos
esa muerte que espera en cada bar
ese poema sin escribir siempre esperando
en los labios de un obrero.
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