21.6.10

UN POEMA DE LORD BYRON



Te observé cuando el enemigo estaba a nuestro lado,
dispuesto a atacarle- o sea que nos atacaran.
prefiero no tener esperanza, antes que compartir algo
con mi adorado que no a la libertad y el amor.

Te observé en los rompientes, cuando la roca
recibió nuestra proa y todo era tormenta y miedo.
cada choque te obligaba a abrazarte a mí,
este brazo sería tu esquife o el pecho tu féretro.

Te observé cuando ardía la fiebre en tus ojos,
cediéndoteme camastro y tendiéndome en el suelo,
cuando extenuado por largas vigilias no podía
levantarme si tú no me ofrecías una temprana tumba.

Llegó el terremoto y sacudió muros y rocas
y naturaleza y hombres rodaron como ebrios de vino.
¿Qué feroz salvación me obsesionaba entonces?
la tuya sólo. Tu vida únicamente contó para mí.

Y cuando la convulsa agonía negaba mi aliento
la mínima manifestación de mi pensar exhausto
iba a ti, a ti solo, incluso boqueando muerte
mi espíritu te buscaba más a menudo de lo que debiera.

Así y aún más. Y tú, sin embargo no me amabas
y no me amarás nunca. No habita en nuestra voluntad Amor.
Y tampoco he de culparte, aunque mi destino sea
fuerte, vana, equivocadamente, quererte todavía.

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