Un poema de César Moro
En el gran contacto del olvido
a ciencia cierta muerto
tratando de robarte a la realidad
al ensordecedor rumor de lo real
levanto una estatua de fango purísimo
de barro de mi sangre
de sombra lúcida de hambre intacto
de jadear interminable
y te levantas como un rastro desconocido
con tu cabellera de centellas negras
con tu cuerpo rabioso e indomable
con tu aliento de piedra húmeda
con tu cabeza de cristal
cin tus ojos de adormidera
con tus labios de fanal
con tu lengua de helecho
con tu saliva de fluido magnético
con tus narices de ritmo
con tus pies de lengua de fuego
con tus piernas de lágrimas petrificadas
con tus ojos de asalto nocturno
con tus dientes de tigre
con tus venas de arco de violín
con tus dedos de orquesta
con tus uñas para abrir las entrañas del mundo
y vaticinar la perdida del mundo
en las entrañas del alaba
con tus axilas de bosque tibio
bajo la lluvia de tu sangre
con tus labios elásticos de planta carnívora…
En el gran contacto del olvido
a ciencia cierta muerto
tratando de robarte a la realidad
al ensordecedor rumor de lo real
levanto una estatua de fango purísimo
de barro de mi sangre
de sombra lúcida de hambre intacto
de jadear interminable
y te levantas como un rastro desconocido
con tu cabellera de centellas negras
con tu cuerpo rabioso e indomable
con tu aliento de piedra húmeda
con tu cabeza de cristal
cin tus ojos de adormidera
con tus labios de fanal
con tu lengua de helecho
con tu saliva de fluido magnético
con tus narices de ritmo
con tus pies de lengua de fuego
con tus piernas de lágrimas petrificadas
con tus ojos de asalto nocturno
con tus dientes de tigre
con tus venas de arco de violín
con tus dedos de orquesta
con tus uñas para abrir las entrañas del mundo
y vaticinar la perdida del mundo
en las entrañas del alaba
con tus axilas de bosque tibio
bajo la lluvia de tu sangre
con tus labios elásticos de planta carnívora…
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