7.4.10

BALADA DEL CAMELLO


Un poema de Javier Gato

Los goznes de las puertas, los muebles chirriaban de soledad
aquel mediodía.
La bandada de aves canoras se disiparon
con el último flash del after.
Con una colmena de hadas verdes en tu bolsillo
aún sin ser vendidas,
la resaca fue la única madre que te esperó
al llegar a casa.
Quién vende la felicidad,
te preguntas tú que vendes alegría falsa
como todas las alegrías de este mundo,
Céfiro que haces crecer la euforia por donde soplas,
quién la vende,
que tú la cambias por el Mercedes.
Barres el suelo con tu dicha desinflada,
lamiendo los rincones por si queda algún resto de humanidad.
Dos gatos te contemplan desde la ventana,
sólo capaces de ofrecerte respeto y silencio.
Y yo, al otro lado de la calle,
te siento, maldito,
te saboreo.
Finalmente agarras el móvil,
y tus ojos huecos contemplan un garfio marcando un número...
En la rave,
la memoria no vuela sobre quienes tú creías tus amigos.
Los teléfonos suenan hasta su última raya,
hasta tu última lágrima.
Y así pasa otro fin de semana sobre tu cabeza.

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