14.10.09
ARCANGEL DE LAS TINIEBLAS
Un poema de Vicente Alexandre
Me miras con tus ojos azules,
nacido del abismo.
me miras bajo tu crespa cabellera nocturna,
helado cielo fulgurante que adoro.
Bajo tu frente nívea
dos arcos duros amenazan mi vida.
No me fulmines, cede, oh amante y canta.
naciste de un abismo entreabierto
en el nocturno insomnio de mi pavor solitario.
Humo abisal cuajante te formó, te precisó hermosísimo.
Adelantaste tu planta, todavía brillante de la roca pelada,
y subterráneamente me convocaste al mundo,
al infierno celeste, oh arcángel de la tiniebla.
Tu cuerpo resonaba remotamente allí, en el horizonte,
humoso mar espeso de deslumbrantes bordes,
labios de muerte bajo nocturnas aves
que graznaban deseo con pegajosas plumas.
Tu frente altiva rozaba estrellas
que afligidamente se apagaban sin vida,
y en la altura metálica, lisa dura, tus ojos
eran las luminarias de un cielo condensado.
Respiraba sin vientos, pero en mi pecho daba
aletazos sombríos un latido conjunto.
Oh, no, no me toquéis, brisas frías,
labio larguísimos, membranosos avances
de un amor, de una sombra, de una muerte besada (…)
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