Aparece, de repente, un joven bellísimo,
causando la natural turbación en algunos espíritus
excesivamente tímidos y analistas
Como un dios que surge
nueva la piel, entre aguas agitadas,
serenas los ojos u altas tormentas alzas,
interiores, dentro de la sangre sorprendida
de dar vida a un cuerpo tan distinto de este tuyo
que parece ser el cuerpo único que se mueve encima de la tierra.
¡oh absurdo conocimiento!
Surge la piel, el límite exterior, la carne
que tensa los movimientos y envuelve los huesos,
los procesos internos, asimilaciones,
secreciones exactas;
y se hace la vida: el alma sutil,
el misterio profundo de la mirada.
Entonces, para consolarnos, pensamos que la acción
y las obras nos bastan.
Pero la sangre, encima de toda excusa,
sin saber porque, quiere la belleza.
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