I
Plutarco es guapo y no quiere. Pero querrás más tarde.
la edad hermosa se va, como el rastro de una antorcha.
II
Tus piernas, Nicandro, se cubren de pelos; guárdate
que no les ocurra a tus nalgas lo mismo:
¡verías entonces qué escasez de amantes! Preocúpate
ahora de tu edad, que luego nunca vuelve.
III
Zeus, señor de Pisa, otorga la corona a Peitenor,
segundo hijo de Ciprés al pie del monte de Cronos.
Y no lo arrebates, sublime águila, como escanciador
cual hiciste, otrora, con tu hermoso Dardánida.
Antes, si de tu agrado es este don de mis Musas,
otórgame el favor de ese divino muchacho.
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