23.4.09
TRES POEMAS DE AR RUSAFÍ
El niño que fingí llorar
Disculparé a este picaruelo
que se muestra melancólico,
pues bien sé lo que intenta su palidez.
Tierno y garboso, a hacer gracias lo lleva
su travesura y el encanto lo asiste:
con saliva humedece los pétalos de sus ojos
para imitar el llanto - ¡así sonríen las flores! –
y piensa que son lágrimas las que bañan sus párpados,
mas ¿ preparando narcisos puede obtenerse vino?
El tañedor de laúd
Acompaña al laúd que tañe con la diestra
con una voz donde derrama tanta dulzura,
que las palomas, de entusiasmo, se desvían,
olvidando llevar hasta sus nidos
la comida que traen para sus hijos.
Celos
El crepúsculo tuvo celos
al verme con mi amado
y envió al agua para separarnosy al viento como espía.
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