I
Si al besarte crees que te he injuriado, y te molesta,
bésame también tú, y devuélveme así el insulto.
II
Si veo a un muchacho de piel blanca, muero,
si es de color miel ardo; si es rubio me deshago
en el aire por entero.
III
Ardí cuando Teudis brilló en medio de los demás
muchachos / tal el sol al elevarse por sobre los astros.
Y sigo ardiendo, ahora que un velo nocturno le oculta,
porque aunque en el poniente, él es el sol todavía.
IV
Reviento de calor, pero para, muchachito,
de darme aire con esa tela de lino.
Tengo otro fuego dentro por le vino encendido,
que aumenta, sí, cuando tú me abanicas.
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