24.9.13

MI SECRETO



MI SECRETO

Fragmento extraído de la novela Escrito en el agua
de Pedro Menchén



Lo cierto es que corrí como alma que lleva el diablo y que, una vez dentro de mi casa, me encerré en mi habitación, me tumbé sobre la cama y me puse a llorar desconsoladamente como un niño. Lloré, lloré y lloré. Nunca he llorado con tanta congoja, con tanta angustia y con tanta desesperación como lloré aquel día.
            Media hora después, un poco más sosegado, comencé a preguntarme qué me había pasado, por qué me comportaba así, cuál era el motivo de mi llanto.
“Es por ese chico”, me dije. “He llorado por ese chico”.
“Sí, pero, ¿por qué?”, me pregunté, dispuesto a aclarar de una vez las cosas.
“He sentido algo... Me ha gustado el tacto de su mano... Eso es. Me ha gustado tanto que casi he estado a punto de...”
“¿A punto de qué?”, me interrogué implacable.
“Hubiera querido... hubiera querido arrojarme sobre él o algo así... Tuve... tuve unos deseos incontrolables de...”
“¿De qué? ¿De qué?”
“¡De besarle! ¡Eso es! ¡De besarle! ¡Hubiera querido besarle!”
Así que era eso lo que había ocurrido: que había querido besar a aquel chico, lo cual era verdaderamente terrible, pues se trataba de la primera vez en mi vida que deseaba besar a un chico. Había tenido miedo de mí mismo, miedo de mi propio deseo. Eso es lo que había ocurrido. Por eso había salido corriendo, por temor a no poder controlarme.
“Pero, entonces”, reflexioné, “¿significa eso que…? ¿Significa que yo... significa que yo soy así? De modo que yo... ¿yo soy así?”
            Comprendí, sin más, que era homosexual. Lo comprendí en aquel preciso momento. Antes, si lo era, no había sido consciente de ello. Lo comprendí después de aquellas lágrimas y de aquel breve razonamiento.
            ¡Y comprendí también que aquél tenía que ser mi secreto!

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