Un poema de Denis Cooper
Mi amigo observaba a esos tíos a lo que me acerco
en las fiestas, o incluso en conciertos
donde a él sólo le importa la música.
Y me pregunta: “ por qué te van los macarras?
¿Por qué conformarse con novios de vidas
mugrientas y perdidas? Con mi aspecto yo podría
tirarme a cualquiera, insiste. La verdad es que
mi amigo suele estar solo, quejándose
de no sé qué distancia, de lo injusta y frívola que resulta.
Yo le digo que escogí mi tipo
siendo aún muy joven, de las revistas porno
guardadas debajo de un colchón,
o en viejas salas de cine clandestinas,
Y estoy acostumbrado a su estilo: directos
del hola al beso, primero un apretón de manos
y luego el cuerpo. Y además, se trata de tíos
interesantes, originales, y muy guapos
bajo un cierto prisma. Comprendo ese tipo de deseo.
Bajo su atención me siento intrépido.
mi amigo puede esperar si eso es lo que quiere.
Yo tengo hambre, y comeré.
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