15.10.12

APOTEOSIS FINAL

Fragmento extraído de la novela
Chaperos de Dennis Cooper


El agente y yo llevamos al joven semiconsciente al dormitorio. Lo echamos en la cama y vaciamos el contenido del saco de sus testículos en su boca y luego mantuvimos su boca cerrada con una mordaza. Yo había amputado, emasculado, castrado o depravado a un muchacho de dieciocho años hasta el punto en el que su único valor quedase fijado por la capacidad de su cuerpo para gratificar las ansias sexuales de los hombres y no sólo ese valor quedaba severamente disminuido, sino que él mismo era incapaz de gratificación sexual. Ninguna hembra lo desearía ya, ni tampoco ningún gay. Cuando ya no pude soportar los efectos de tantos sentimientos contradictorios, monté al escort y lo violé con toda la energía y violencia de la que fui capaz. Mientras lo violaba, le pedí al agente que quitase la mordaza de la boca del escort,  pero no que permitiera que expulsase sus testículos. Ordené al escort  que masticase y tragase sus testículos. Se negó a hacerlo, ya fuera por la confusión o la angustia, pero su agente lo amenazó y le golpeó la cabeza y el cuerpo hasta convencerle de que obedeciera la orden. Masticó sus testículos y trató sin éxito de tragarlos, lo que resultaba una imagen terrible y hermosa que precipitó finalmente mi orgasmo. La cita concluyó con un pacto entre caballeros entre el agente y yo por el cual me comprometo a ser el médico personal del escort para tratar de sanar sus futuras heridas en cuanto se produzcan. En compensación por mis servicios, se me permitirá disfrutar sexualmente de él durante mis estancias en la casa.

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