6.10.11

POR FAVOR, SIN CONDON


Fragmento extraído del relato
Dos corazones de David May

Entraron en el Eagle al mismo tiempo. Hubo un movimiento de cabeza, un breve saludo y cierta admiración mutua mientras Jon calibraba el interés de Leo. Cara a cara era fácil comprobar que medían casi lo mismo y que su constitución era parecida, aunque Jon tenía el pesote la madurez, una barba canosa y un pecho velludo que decía “Daddy”. Aún así, como ambos tenían amigos a los que saludar en el bar, transcurrió casi media hora hasta que coincidieron de nuevo y se escurrieron hasta ese rincón oscuro que había junto a la mesa de billar y que existe en cualquier bar que se llame Eagle. Tras otro movimiento de cabeza, su bocas se encontraron si vacilar y sus manos se dirigieron a la entrepierna para agarrarse sus respectivas pollas. Se estuvieron besando y metiendo mano durante una hora o más, incapaces de poner fin a su abrazo, sólo quería marcharse si lo hacían juntos. “Iremos mi casa, murmuró Jon entre besos. Sí, amo, fue todo lo que Leo fue capaz de decirle antes de arrodillarse a los pies de Jon para frotarse la entrepierna. Buen chico. Por cierto, susurró leo entre besos. Soy positivo. Lo imaginaba. Yo también”. Saliendo cogidos de la mano, besándose de vez en cuando hasta llegar a Ferry Street. En el ascensor siguieron besándose. Cuando se abrió la puerta y entraron en el apartamento de Jon, el empeño en desnudarse se volvió frenético mientras recobraba el aliento agarrándose el uno al otro. Jon trató de arrastrar a Leo hasta el dormitorio, pro no sería allí donde iban a hacerlo. Al cabo de un momento, Jon había enterrado su rostro en el culo de leo, y acto seguido éste enterró el suyo en el vello púbico de Jon. Se oyeron gritos de alivio, debidos a la angustia de la tumescencia, sordos aullidos que surgían de lo más profundo y gruñidos y rugidos que ambos no se sabían capaces de emitir hasta que leo agarró la gruesa polla de Jon, la dirigió hacia su culo y susurró. Por favor amo, sin condón, fóllame solo papi. Jon accedió, y con tan sólo un poco de saliva como lubricante, disfrutó del inmediato placer de penetrar aquel perfecto y leonado culo provisto de un exquisito ojete rosado rodeado de un resplandeciente vello de color dorado.. Jon agarró a Leo mientras se lo follaba, azotándole el culo y dedicándole una retahíla de improperios con una voz, por otra parte de lo más agradable. Jon se la clavó a Leo tan fuerte como pudo, ávido de poseerle, ávido por abrazar la profunda belleza que se retorcía bajo su cuerpo, ávido por dejar la huella de su propiedad. Se corrió lanzando un grito, con el primitivo aullido de un hombre poseyendo a otro hombre, de un hombre haciendo suyo a otro hombre, con el antiguo grito del conquistador que se había escuchado tantos milenios. Jon se desplomó sobre leo para recuperar el aplomo y extendió la mano por debajo de su cuerpo para comprobar si la tenía dura sólo de descubrir que, efectivamente así era y se había corrido. Jon le sacó la polla a su repentina conquista, satisfecho consigo mismo y con el que con tanta rapidez se había convertido en el depositario de su semilla.




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