Un poema de Dionisio Cañas
Si este dios se hiciera hombre
y no nos abandonara en el momento
menos oportuno
a la deriva por las calles de Maniatan
buscando algo de ternura anónima
el enramado negro de su vello
piel perfumada only with orina
las líneas de sus diez y nueve años.
Así pasaron los días como las gaviotas
sobre un mar petrificado en la mente
y a él vuelve y lo ignoran los ojos
del amante y cuando ve recuerda
el padre aprisionado entre los dos.
Dulce es el canto de los irlandeses
más ni el verdor de Cork ni la cerveza
rebosando de la boca del borracho
le devolverán el pedido amor.
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