4.4.11

UN SONETO DE SALVADOR NOVO

Leoncio ayer, Carlos hoy a quién mañana dedicará mi amor su pensamiento? ¿Quién con su ausencia me dará el tormento de esta esperanza dulce pero vana? Salvaje en uno, me embriagó la sana y cálida caricia de su aliento. Amo en el otro, príncipe de cuento la mirada magnífica y lejana. Aceite de mi lámpara, que ensartas en rosarios de tiempo duradero ilusión y fragancia de sus cartas. No te daré mi amor, casual viajero, pero mi lecho es amplio; y cuando partas, te llevarás un poco de dinero.

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