Fragmento extraído de la novela El edificio Yacubian de Alaa Al aswani Un tema como la homosexualidad es difícil de esconder. Todos los trabajadores del diario saben que su jefe es homosexual: sin embargo, a pesar de la repugnancia y el menosprecio que les provoca, esta desviación queda como una sombra diluida que no perjudica su fuerte imagen y obstinada en el trabajo. Saben que es homosexual, pero no lo perciben en su trato diario, porque él es serio y muy estricto, quizás incluso más de lo que sería necesario. Pasa con ellos la mayor parte del día y no se le escapa ninguna señal o movimiento que revele su tendencia. En cierta ocasión en la reunión semanal de redacción un periodista dijo con tono de mofa.: “Quiero proponer un artículo sobre la homosexualidad en Egipto” Entre los presentes hubo un silencio tenso: el periodista no escondió la sonrisa intentando herir a Hatim, que calló y bajó los ojos, se pasó la mano por los cabellos suaves (que solía hacer cuando estaba sorprendido o nervioso) Hatim se inclinó, sentado hacia atrás y dijo pausadamente: “No creo que este tema interesa a los lectores” / Sí que les interesa y mucho. El número de homosexuales va en aumento y en este país algunos ocupan cargos importantes. Los estudios afirman que psicológicamente los homosexuales son sirven para tener cargos en ninguna institución a causa de las perturbaciones psíquicas que provoca la homosexualidad.” Era un ataque duro y demoledor. Hatim decidió responder con agresividad y firmeza: “Tu pensamiento reaccionario es una de las causas de tu fracaso periodístico” / “¿Consideráis la homosexualidad un comportamiento progresista?” / Tampoco es este el problema nacional de nuestro país. Querido sabio, Egipto no se ha atrasado pro culpa de la homosexualidad sino por la corrupción, la dictadura y la injusticia social. Además espiar la vida privada de las personas es un comportamiento zafio e indigno de un diario con tradición como Le Caire. 4.4.11
DUELO DIALECTICO
Fragmento extraído de la novela El edificio Yacubian de Alaa Al aswani Un tema como la homosexualidad es difícil de esconder. Todos los trabajadores del diario saben que su jefe es homosexual: sin embargo, a pesar de la repugnancia y el menosprecio que les provoca, esta desviación queda como una sombra diluida que no perjudica su fuerte imagen y obstinada en el trabajo. Saben que es homosexual, pero no lo perciben en su trato diario, porque él es serio y muy estricto, quizás incluso más de lo que sería necesario. Pasa con ellos la mayor parte del día y no se le escapa ninguna señal o movimiento que revele su tendencia. En cierta ocasión en la reunión semanal de redacción un periodista dijo con tono de mofa.: “Quiero proponer un artículo sobre la homosexualidad en Egipto” Entre los presentes hubo un silencio tenso: el periodista no escondió la sonrisa intentando herir a Hatim, que calló y bajó los ojos, se pasó la mano por los cabellos suaves (que solía hacer cuando estaba sorprendido o nervioso) Hatim se inclinó, sentado hacia atrás y dijo pausadamente: “No creo que este tema interesa a los lectores” / Sí que les interesa y mucho. El número de homosexuales va en aumento y en este país algunos ocupan cargos importantes. Los estudios afirman que psicológicamente los homosexuales son sirven para tener cargos en ninguna institución a causa de las perturbaciones psíquicas que provoca la homosexualidad.” Era un ataque duro y demoledor. Hatim decidió responder con agresividad y firmeza: “Tu pensamiento reaccionario es una de las causas de tu fracaso periodístico” / “¿Consideráis la homosexualidad un comportamiento progresista?” / Tampoco es este el problema nacional de nuestro país. Querido sabio, Egipto no se ha atrasado pro culpa de la homosexualidad sino por la corrupción, la dictadura y la injusticia social. Además espiar la vida privada de las personas es un comportamiento zafio e indigno de un diario con tradición como Le Caire.
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