Fragmento extraído de la novela
Chaperos de Dennis Cooper
Sea como fuere, Corey le dijo a Stevie que había un fulano que pagaría una suma importante de pasta por tener un encuentro sadomaso con ellos dos, con el fulano y con Corey haciendo de amos y Stevie de esclavo. Por supuesto Stevie estaba dispuestísimo. Ren me puso en contacto con un hombre que tenía una mazmorra que alquilaba para escenas privadas de snuff y la alquilé por 24 horas. Corey recogió a Stevie y lo llevó a un lugar que habíamos preacordado donde yo me uniría a ellos. Luego yo le vendaría los ojos a los dos y los llevaría a la mazmorra. Corey se enfadó porque no le dije dónde íbamos, pero le expliqué que era un requisito innegociable del propietario, y acató esta precaución. Tengo que decir que el SIDA y los abusos con la droga y permitir que cualquier fulano le sacara la mierda a golpes había mermado notablemente el aspecto de Stevie, pero todavía resultaba lo bastante guapo como para resultar perturbador, si no te importa que estén demasiado delgados. Pero para mi gusto era demasiado locuaz y excesivo y tuve que parar el coche y golpearle en la cabeza un par de vece para que se callara. Cuando llegamos al sitio, el propietario de la mazmorra nos llevó a los dos chicos vendados y a mí dentro y yo le pagué. Olvidé mencionar que por un dinero extra, el propietario de la mazmorra se ofreció a grabar la escena snuff, cosa que acepté. Así que antes de retirarle la venda a Stevie, Corey y yo nos pusimos sendas capuchas de cuero y el propietario empezó a filmar. Corey y yo llevamos a Stevie al centro de la sala, y le atamos las muñecas a unas argollas que colgaban del techo, luego, le quitamos los zapatos y los calcetines, y lo encadenamos al suelo, por los tobillos, y entonces le quitamos la venda. Cuando vio la sala y nuestras capuchas y la cámara, enloqueció de excitación. Supongo que resultaba bastante obvio que no iba a salir de allí vivo. No nos suplicó que le dejáramos salir ni nada de eso, pero empezó a gritar y a respirar con dificultad, y a la vez estaba tratando de controlarse y calmarse.
Yo estaba como fascinado por la gravedad de la situación, pues para mí todo aquello era nuevo. Corey se hizo el macho y empezó a decirle a Stevie que era una puta sidosa y patética y que merecía morir, y eso no iba a importarle a nadie, y que nadie se acordaría de él. Y siguió así. Ni que decir tiene que está muy en el estilo sadomao, dado el lugar donde se produjo, lo que resulta muy atractivo y caliente, aunque yo hubiese preferido una mayor libertad y estilo más personal a la hora de matarlo porque al fin y al cabolo que estás haciendo es cargarte a un individuo. Sea como fuere, Corey y yo nos dedicamos básicamente a golpear a Stevie con látigos, con bates de béisol de metal y aturdirlo con pistolas. Sangró tanto después de un rato que tuve que parar porque no quería que ese pedazo de puta de mierda me infectara el sida. A Corey, que estoy seguro que ya estaba infectado no le importaba un carajo. En cierto momento fue a rebanarle los huesosa Stevie y accidentalmente se cortó la mano mientras lo hacía. Pero no le dio la mayor importancia, y le salpicó toda aquella sangre hasta en la boca. Me sorprendía la cantidad lo mucho que resistía Stevie. Estaba consciente aunque completamente ideo, embocado hacia el fin. Después de unos 90 minutos Stevie estaba tan lejos mentalmente y su aspecto era tan monstruoso que yo dije: vale gañámoslo. Yo me situé a la espalda de Stevie y Corey se puso delante de él, y ambos empezamos a clavarle unos cuchillos hasta que su cuerpo sin vida colgó fláccido de las argollas.
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