18.10.10

BUENOS DIAS



Fragmento extraído de la novela
Más allá del límite de Mike Seabrook

Mmmm. Graham se despertó con una erección, lo cual no tenía nada de especial, y con unos dedos que se la acariciaban de arriba abajo, lo cual sí que lo tenía. Recobró rápidamente la conciencia y se halló aprisionado en el abrazo fuerte y vibrante de Stephen, mientras los labios y la lengua del muchacho besaban su boca. Mmmmmmm repitió, apartándose ligeramente hacia un lado para hablar ¿Qué te traes entre manos? murmuró, mientras Stephen seguía sus movimientos y le sellaba los labios de nuevo. Pasaron varios minutos antes que lograra librarse otra vez. Cuando lo hizo fue para mordisquearle la oreja a Stephen con una pasión que crecía por momentos. Las manos del muchacho le recorrían todo el cuerpo y podía notar una polla dura empujando apremiante contra su vientre. ¡Qué bueno que estás cabrón! musitó con el rostro enredado en el pelo de Stephen. No deberíamos de… ¡Shhhhhhhh! Murmuró Stephen, explorando con la lengua y con los dedos. Graham dejó de resistirse y permitió que el otro le acaricias, preguntándose cómo el chico podía haberse vuelto tan experto en unas pocas hora. ¿Te has dado cuenta? dijo Stephen a modo de conversación, pasando la punta de la lengua por el lóbulo de la oreja de Graham cada vez que tu polla toca l mía no da una especie de shock eléctrico. Puedo sentirlo cada vez que me tocan. Graham también se había dado cuenta. ¿Qué estás tratando de hacer conmigo? murmuró con una pasión que latía dolorosamente por todo su ser. Son las siete menos cuarto dijo Stephen dulcemente. El desayuno no es hasta las ocho. Nos da tiempo para una ducha antes de bajar. Cerró los labios de Gram. Con los suyos y continuó explorando. ¿Qué quieres hacer? susurró Graham estrechando con sus brazos el cuello y la cintura de Stephen. Sabes de sobra lo que quiero, siseó Stephen, cogiendo y guiando la polla de Graham a la vez que se tumbaba perezosamente boca abajo. Quiero que me folles otra vez, igual que anoche y luego quiero follarte yo. Y luego nos daremos una ducha y bajaremos a desayunar limpios y frescos como una rosa.

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