15.6.10

CHILDE HAROLD


Un poema de Pedro Gandía


Llama y hielo sus ojos, sus sonrisa, sus miembros.
Acaba de cumplir diecisiete años-
En desorden de noche,
se entrega temerario a todos los excesos.
Y los astros se quiebran en su luz.

A cambio de un momento de su elixir de vida,
las almas se esclavizan a su fuego.
Fiel de Eros y de Thanatos,
exige de sus amantes un suicidio ritual.
El goce sacraliza todo crimen.

En sus ojos no brilla el arrepentimiento,
y no se sacia nunca de visiones.
rebelde a su destino,
no cruzará los mares para volver al útero.
las cenizas de la autonegación.

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