Un poema de Abu Nuwas
Aquella a quien amo me envió un mensajero
que suscitó mi amor. Bienvenido seas,
enviado amado, engalanado de perfume.
Le cortejé con palabras pero de mí se apartó diciendo:
me estás tentando.
Uno como tú no puede amar a uno como yo
cuando perdidamente le ama una rubia grácil.
Cumplida su misión, acudí a la cita con el corazón espantado
has cortejado a mi mensajero.
Ahora sale a relucir lo que de ti me asombra y desconozco.
Falso embaucador que en cuaderno llevas la cuenta de unos
y otros. Pierde las cabras quien las confía al lobo.
Le cortejé con palabras pero de mí se apartó diciendo:
me estás tentando.
Uno como tú no puede amar a uno como yo
cuando perdidamente le ama una rubia grácil.
Cumplida su misión, acudí a la cita con el corazón espantado
has cortejado a mi mensajero.
Ahora sale a relucir lo que de ti me asombra y desconozco.
Falso embaucador que en cuaderno llevas la cuenta de unos
y otros. Pierde las cabras quien las confía al lobo.
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