26.4.10

UN SONETO DE RICHARD BARNFIELD


Hay veces que quisiera ser su almohada
y que robando un beso, no me viera;
que le mirara yo – cuando durmiera
aunque temblara el miedo en mi mirada.

mas ya mi vana sed considerada,
loca la abeja, pienso, de la cera
que en él no bese miel y que se fuera
libando hasta la flor, que es amargada.

Pues que te resucita con un beso,
bésalo, no lo muerdas, en tu vida,
porque su voz persigue como loca.

Mas al oír su voz, y al embeleso
¿ quién no regresa? pues se ve enseguida
todo un panal cayendo de su boca.

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