Fragmento extraído de la novela
Chaperos de Dennis Cooper
Alguien había hecho de Brad un trapo, de veras, y confieso que me sentí bastante celoso. Estaba lleno de grandes y oscuros cardenales, señales de azotes, y lo que parecían quemaduras de cigarrillo en su pecho, en su espalda en la parte de arriba de los brazos, en los muslos, y la entrepierna había sido afeitada y supongo abrasada o quemada con quién sabe que producto químico. Le pregunté que le había pasado y me respondió que Brian se piso a matarlo pero en el último momento se acobardó y fue por eso por lo que pelearon. No sé cómo contar lo que siguió. Sé que no debería seguir por un montón de razones, pero necesito contarlo para salvaguardar mi cordura. Brad es el masoquista más inmenso con el que me he encontrado, del que haya oído e incluso que yo haya podido imaginar en mis fantasías. Lo corté con un cuchillo y lo azoté y golpeé en todo el cuerpo hasta que no tuvo nada que yo pudiera hacer para parar la sangría. Le rompí la mandíbula y puede que sin querer, también le rompiera el cuello. Inyecté fluidos inflamables en sus genitales en su ano y les prendí fuego un par de veces. Yo estaba tan excitado que pensé que él se moriría en una media hora, pero no lo hizo. Después de todo esto, lo que diré a continuación parecerá ridículo, pero cuando me di cuenta de que no estaba muerto, no pude seguir adelante. Estaba en mi cuarto de juegos y me pedía a gritos que lo matara. Yo acudí unas cuantas veces con una pistola para abrirle los sesos, pero no pude hacerlo. le di un montón de valiums para intentar que acabase su agonía, pero me parece que eso no le ayudó lo más mínimo. Sinceramente no tengo idea de qué debo hace salvo esperar que muera de las herida. Cualquier sugerencia será bienvenida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario