4.11.09

PRIMERAS LECCIONES


Fragmento extraído de la novela
Sarah de J.T Leroy


Tienes que aprender a leer en un hombre y saber si sólo quiere divertirse o si lo que quiere es lo abraces para dejarse llevar y estallar en lloros como un bebé, me explica mientras bebemos Yoo Hoos de fresa sentados en sillas de saco. Tienes que aprender a escuchar. Hay bastante medicina en este hueso de pene para ayudarte a querer como un profesional. Tomo a diario lecciones de algunos chicos del Glad. Practico el arte de enrollar un condón con los dientes sin que el cliente lo sepa. Practico el arte de sacar todo el zumo de un hombre y retenerlo en la boca. En realidad, eso ya sabía hacerlo. Con Sarah hacíamos competiciones. Nos tumbábamos de espaldas en alguna cama de motel, el uno al lado del otro y con las cabezas tiradas hacia abajo colgando por un lado de la cama, nos quedábamos así hasta que las bocas, esófagos y garganta se quedaban en línea recta. Entonces nos metíamos una zanahoria tan profundamente como podíamos, yendo con cuidado de no dañarnos. Entonces marcábamos con los dientes la zanahoria y comprobamos quien lo había hecho mejor. Siempre ganaba Sarah. “Me ganas siempre porque eres más vieja y gorda” le dije una vez. Me estampó una bofetada tan fuerte que vi las estrellas. “No me vuelvas a decir vieja y gorda en la vida” me advirtió y se fue llorando. Aprendo trucos, como extenderme pasta dentífrica en la mano derecha, de manera que si un cliente no es el súmun de la higiene, yo pueda aspira el aroma de menta fresca e imaginarme en los Alpes nevados en vez de soportar aquel pestuzo de amoníaco y urinario público. Aprendo a tratar con hombres que adoran llevar cositas con puntas y encajes… Cuando te encuentres delante de un hombre que se quiere poner un vestido, escucha atentamente. Quizás sólo quiere que le digas que está muy guapo con unas medias rosas y explicarte hasta qué punto le gusta sentir el tacto suave de este material contra sus partes. O quizás quiere ser una lesbiana para hacer el amor con otra mujer. También puede ser que el caballero quiera ser tratado como un marica revienta medias, y quieran ser insultados y humillados de mil formas etc.

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