Un poema de Ibn HazmHe visto en sueños que partías
y que empezábamos a despedirnos llorando.
Pero, al despertarme, te hallé abrazado a mí,
y mi tristeza, al verlo, se ha disipado.
He renovado entonces el abrazo y te he apretado contra mí,
como si volviese a ti una desesperación desgarradora.
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