29.3.09

ANTINOO

Un fragmento de un poema
de Fernando Pessoa

La lluvia caía fría en el alma de Adriano.
Yacía el joven muerto sobre el lecho profundo.
Por su desnudez total- a los ojos de Adriano, cuyo dolor era miedo –
la umbrosa luz del Eclipse de la Muerte se extendía.
Yacía el joven muerto, y era el día una nochefuera.
Caía la lluvia como un aflictivo espantode Natura,
en su obrar destructor para con él.
Recuerdos de lo que fuera no ofrecían ya deleite:
Deleite de lo que fue, ahora muerto y borrado.
¡Oh manos que apretaran las cálidas manos de Adriano
cuyo frío las halla ahora frías!
¡Oh cabello que antes apresó el ceñidor!
¡Ojos de timidez osada!¡Desnudo femenino cuerpo-macho
cual manifestación de un dios a los humanos!
¡Oh labios cuya roja abertura sabía como erizarlo
sitios del placer con tan variado estilo!
¡Oh dedos diestros en lo que no se debe decir!
¡Oh lengua, que en contacto hacía ebullir la sangre!
¡Oh regencia absoluta del goce entronizado
en la desparramada suspensión de la consciencia rabiosa!
Estas cosas son cosas que nunca más serán.

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