31.7.08

LA FIESTA DEL FIST


Fragmento extraído de
El aprendizaje de la soledad
de David Vilaseca

En los lavabos del Fist la gente liga por los descosidos. Por eso mismo no tendría nada de excepcional, pero a diferencia de otros lugares gays donde los lavabos hacen una función similar, aquí los contactos que se llevan a término se decantan decididamente hacia los llamados “deportes de agua” En los lavabos de Fist hay una bañera con patas donde van a desembocar todas las cañerías de los urinarios, y donde más de uno aprovecha para sumergirse con tal goce que lo hubiéramos creído Cleopatra bañándose en leche de burra. al lado de los váteres también suele haber gente de rodillas, mojada de cabeza a pies, esperando que orinen encima de ellos. También en eso la noche de Fist tuvo un carácter iniciático para mí. Comenzó cuando mientras hacía servir tímidamente el urinario, un hombre se puso a mi lado y con la más gran naturalidad comenzó a limpiarse las manos con la corriente de mi pipí. Era un hombre de mediana edad, más bien gordo, vestido sólo con unos calzoncillos de goma. No me gustaba mucho, pero sabía adónde estaba y pensé, déjale hacer. Entonces me miró dócilmente y, sin decirme nada, se puso de rodillas de cara a mí,. En este momento, su sumisión era tan abyecta que me excité. El chorro le fue a la cara, a la frente a la boca abierta y extasiada…

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