10.6.13

MATRIMONIO SECRETO


 Fragmento extraído de la novela
El cordero carnívoro
de Agustín Gómez Arcos


Ya está, querida. Hoy de madrugada he casado a tus hijos. El uno con el otro. Me puse tu vestido, tu mantilla, y, en tu misal negro, leí en voz alta  “Dios mío, otorga la libertad a los pueblos de la tierra”  y les pedí que se pusieran uno frente al otro y le pregunté al mayor:  “¿Quieres tomar a tu hermano pequeño en matrimonio? / Sí me contestó con los ojos más azules que un cielo de noche. Le pregunté al pequeño: ¿Quieres tomar a tu hermano mayor en matrimonio? / Sí, me contestó con los ojos más profundos que un mar de noche. Os declaro casados. Y os comunico, en nombre de la libertad de conciencia que hemos conquistado, que nadie, salvo vosotros mismo, podrá disolver este sacramento laico. Podéis besaros. Tus hijos se han besado delante de mí. Dos perfiles de hombre cuyo resplandor te habría deslumbrado. Pensándolo bien, no sé si he estado demasiado solemne, demasiado pretenciosa, pero mis palabras eran mías d verdad, aunque hubo un momento, en que mezclada con mi voz, se desprendió una entonación muy particular tuya. Besé a los recién casados, a tus dos hijos. Y me lancé en una discursito que tenía muy preparado. Querida ¡No te puedes imaginar lo que nos reímos! Y con esa alegría devoramos la tarta de aniversario y de boda. Nos subimos al coche y nos fuimos de viaje de novios a la ciudad, llena de banderas bicolores rojo, amarillo, rojo. Acabamos de regresar. En fin, que estoy muy contenta. Muy contenta. Me he demostrado a mí misma que cerca de cuarenta años de silencio no me han matado, como a vosotros dos. Y además, siempre es bueno saber que, con sesenta y dos años, todavía se puede ser terrorista. Eso, de verdad, da la vida.

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