Fragmento extraído y traducido del catalán
de la novela Estimat Enric, Estimat Alfons
de Monserrat Cornet
¿Recuerdas a Francesc, aquel abogado joven que jugaba al tenis en el Pompeya? Aquel que se llevaba casi todas las copas de los campeonatos sociales? Pues, se ha casado. Me quedé de una pieza cuando me lo dijeron. Francesc es tan amante de las mujeres como tú y como yo. No conozco a la chica pero te prometo que si la llego a conocer, no sé que habría hecho. Ya sabes mi forma de pensar sobre esta cuestión. No me parece honesto y me indigna. Pero no sufras. No me meteré. ¿Somos o no libres? Cada uno tiene que seguir su camino. Mi objetivo es no hacer daño a nadie. Por eso no entiendo que se nos condene. En cambio, Francesc hará el amor con una mujer que no ama y eso está permitido¡ e incluso bendecido! No puedo entenderlo por más que me esfuerce. Toni no ha tenido tanta suerte. Sus padres lo pillaron una vez y lo han internado en un sanatorio de los nervios. Los Serra me convidaron al carnaval y yo me excusé porque no quería ir. Tenía demasiado presente nuestro carnaval del año pasado. Causamos sensación. Sigfrido y Brunilda. Eres un Sigfrido impresionante: el casco dorado con las alas hacia afuera, la peluca rubia que te caí apor las espaldas, el cuerpo cubierto por la corza de cuero, brazos y piernas desnudos, la larga capa azul que casi te llegaba a los pies calzados con sandalias de cordones. ¡Estábamos bellísimo! Sin embargo, yo también causé más sorpresa. Enric vestido de mujer, de Brunilda. Las trenzas largas y rubias hasta los tobillos, la túnica rosa toda bordada de oro, los zapatos altos para llegar a tu altura. Nos vestimos en mi casa. Tu padre no dirigió una mirada muy enigmática, pero no se atrevió a hacer ningún comentario. Si en aquel momento o después, han sospechado alguna cosa, han preferido ignorarlo. Es una postura que adopta mucha gente. Y la respeto. Ahora vas disfrazado de “soldadito español” Qué ironía y encima juegas a hacer la guerra. ¿Qué se te ha perdido en África? Te espera Enric.
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