13.12.11

OBRERO


Un poema de Dionisio Cañas


Las condiciones eran tan propicias
un mar lo atormentado del amor
la agitada palmera por los vendavales
el canto de algunas gaviotas
los cangrejos comidos y dejado s en la arena
sólo el caparazón de la tortuga hecha sopa
el solitario caparazón hueco
en el que cabe la memoria de un día.

Él era lo soñado en su mejor manera
mar de fondo y chillidos de oleajes
y no sabía que hacer sino decirle algo
anduvo hacia el mar tocó las aguas
era el primer día en que rompían las olas
el mar hablaba por sí sólo. No volverá,

Pero los frutos de la noche no son él
son cuerpos acres olores amasijos
de unas carnes marcadas por el deseo
Vuelva el día de dejarnos caer
sobre una cama el de cubrirnos a besos
un sudor de puro perfume
la obreridad del brazo
que en lo alto dibuja un despedirse
la espera una aproximación al desastre vuelva
antes de que sea demasiado tarde.



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