
Un poema de Juan Bernier
Cuando el sexo roe la sangre,
cuando perdido entre álamos gigantes
vacilando va
cuando empuja el sino de lo denso
y en solitario pasmo de imán busca la carne,
cuando camina, borracho de silencio,
cuando huele vahos de muslos y secretos,
blanco entre lo verde, Málaga ofrece un templo,
un templo de sombras y de miedos.
Los Picus del sacro bosque, falos quietos
abrigan la lujuria, columnan deseos,
¡Oh imán templo de hieráticos fieles y miradas trasversas!
¡Lupanar de los tactos que adoran
consumiéndose lo vertical y lo erecto!
Aromas de salitre, macho incienso,
la Alameda respira y dentro del bosque pánico
el templote cal abierto adoradores nocturnos
ceremonian el sexo.
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