4.4.11

FANTASIA BIZARRA

Fragmento extraído de la novela Chaperos de Dennis Cooper Tengo una fantasía muy extrema que nunca he podido llevar a cabo. Desde mis tiempos en el instituto, allá en los sesenta, he querido hacérmelo con adolescentes con las piernas rotas. Todavía recuerdo el día en que un novato muy guapo llegó al instituto apoyándose en unas muleta con una pierna escayolada. Fue una epifanía para mí. Empecé a fantasear que yo le había roto la pierna. Imaginé que se la partí golpeándole con un bate de béisbol. Imaginé el sonido de su hueso quebrándose y cómo las partes de su pierna se le separaban en direcciones imposibles. Incapaz de moverse, me veía a mí mismos tirando de sus pantalones y quitándole los calzoncillos y comiéndole el culo y violándolo mientras no dejaba de gritar de dolor. Todavía me obsesiona realizar esa fantasía con un muchacho que se parezca a él. Siempre en mis búsquedas de escorts pasivos tengo en mente a aquel muchacho hippie y fumado y delgado, de complexión atlética. le conté esa fantasía al manager del escort sin esperar que estuviese dispuesto a satisfacerla. Para mi sorpresa, puso un precio. Le dije: te das cuenta de que tu chico va a estar fuera del negocio durante una temporada. Me dijo que lo sabía. Pensé que estaba cachondeándose de mí pero seguí adelante y pedí cita. Cuando acudí, el manager me hizo firmar un contrato de confidencialidad y me pidió el dinero. Los tres empezamos aponernos hasta que el escora estuvo lo suficientemente en órbita como para empezar. Estaba tan claramente ido que no era consciente de lo que le va a pasar, pero le dije al manager un par de veces si quería que parara, y él me dijo que siguiera adelante. Le rompí ambos tobillos, las dos rodillas y las dos piernas por diversas partes. Su culo satisfizo con creces mis deseos. Era pálido y nada atractivo en el más caliente de los sentidos. Y entocnes gritó sólo soy un culo adolescente, virgen asexual y hetero. Su agujero era grande y profundo, y daba mucho de sí. Comérmelo fue divino y violarlo estuvo a punto de hacerme explotar. Diría que todo fue perfecto excepto por una cosa. El contrato que firmé me impide decirlo, pero voy a decirlo de todas formas porque necesito sacármelo de encima. En un momento dado al final de nuestro encuentro, el manager me dijo que matar al escort me costaría tanto. Pensé entonces que estaba tomándome el pelo, pero ahora que conozco de qué va la historia, me parece que hablaba en serio. Aparte de ese extraño momento, fue una noche irreal e inolvidable.

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