
Un poema de Pedro Serrano
Como una escultura, como una piedra labrada,
como un cuerpo descerrajado
persiguiendo el grito fijo,
el horror de las manos dobladas,
la torcedura de los dedos,
la parálisis y la artritis.
la espalda se dobla milenaria y piedra,
un muro son los lomos y la columna vana,
el sexo ser educe como en Pietà con niño,
no se puede nada contra la tapadera de los sesos.
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