6.4.09

EL HOMBRO VENDADO


Un poema de Kavafis

Dijo haberse golpeado contra una pared o haberse caído.
Pero quizá fuera otra la causa
de su hombro herido y vendado.
Por un movimiento un tanto brusco,
al bajar de una repisa
unas fotos que quería mirar,
se soltó la venda y brotó un poco de sangre.
Le volví a vendar el hombro y despacio
le hice la cura porque no sufriera,
me agradó ver su sangre. Aquella
sangre era parte de mi amor.
Cuando se marchó, hallé en la silla
un jirón de la venda, ensangrentado,
un jirón para echarlo a la basura sin más;
y que yo me llevé a los labios,
y que retuve por un buen rato
–sangre del amor en mis labios.

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