SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD

Fragmentos extraídos del libro
Cuaderno del amor de Antonio Gala

Una persona es siempre algo más que una prostituta, homosexual, negro u obispo. y si alguien, a veces no es más que homosexual, o negro, o andaluz, no es porque carezca de otras potencias, sino porque la sociedad no le ha dado la oportunidad de desarrollarse más que en cuento tenía de homosexual, de negro o de andaluz.

Todo surge de una valiente reacción frente a las persecuciones: valiente y muy triste. El hombre homosexual las desafía afeminándose; la mujer homosexual, se masculiniza. Antes hubo una homosexualidad de costumbres, una homosexualidad ambiente: en Grecia, en Roma, en los países árabes aún. Eso se terminó. Ahora lo que hay es una homosexualidad a contramano, involuntaria, individualizada, de nacimiento o no, es decir, mucho más dura de sobrellevar.

Detesto las clasificaciones. Ellas tienen la culpa, secular de que muchos homosexuales se comporten de una forma primitiva, digamos. Como si residieran en un gueto moral, en un gueto de gestos y de usos. Se entiende que son hombres inconstantes, antojadizos, inocentes y pérfidos a un tiempo, de convicciones y de voluntad sin arraigo, débiles y violentos a la vez como mujeres. Se entiende que son de una inteligencia no profunda, pero sí ingeniosos, oportunos y encantadores. Son caprichosos y sentimentales, de palabras suaves y promesas sin base, engañadores y engañables, y con la virtud de olvidar lo que ayer proclamaron.


La sexualidad muy decidida, ha pasado al terreno de lo recreacional. Ya ser lesbiana o ser gay no es ni un estigma, ni una enfermedad, ni un delito. Y el más importante y cuantioso reto a esas tres posibilidades, la hetero y las dos homos, es ¡la bisexualidad! el bisexual no es nunca menos, sino más: más en experiencias, más en posibilidades, más en placer. Por supuesto, hay que atreverse, pero los dioses ayudan a los audaces, y la osadía forma parte de la modernidad. La prueba es que, en la cultura joven, la bisexualidad se ha instalado a través de los anuncios, a través de las modas de cualquier tipo y todas unisex a través de los hombres desnudos que se han convertido en fetiches de la publicidad, a través de los vídeos y de los clips musicales…