20.2.09

REFLEXIONES SOBRE EL AMOR GAY

Fragmento traducido y extraído
de la novela Un amor fuera de la ciudad

de Manuel de Pedrolo

A buena hora comprendí, no solamente por mi experiencia, sino por la experiencia que veía repetirse en mi entorno, que el homosexual era un ser solitario y que su búsqueda incesante, sus aparentes veleidades de conducta, no reflejaban más que este sentimiento de inseguridad íntima que lo lleva a cambiar de pareja con la esperanza, casi siempre decepcionante, de encontrar un afecto duradero, un amor auténtico, una situación estable. He visto muchas cosas y yo mismo he vivido más de las que te podría contar. a partir de aquella tarde, cuando decidí telefonear a mi madre para decirle que volvería tarde, asistí a la irrupción dentro de mí, de un ser novel que cambiaría radicalmente de costumbres, prisionero desde entonces de una sed inacabables que le llevaría, como a todos los otros a, a buscar, a través de toda clase de encuentros, y aventuras aquella base firme sobre la cual poder construir otra existencia, al margen, e cierto, al margen de la gente que os llamáis normales, pero no por eso menos necesitada de comprensión. Muchos son más o menos artistas, o pretenden serlo y la base de su éxito es el equívoco con el que juegan. De todos, sí que lo son, pero pertenecen a lo que diríamos capas periféricas y nunca han comprendido la homosexualidad como nosotros. Hay también que se disfrazan con fines comerciales, como lo podía haber hecho el mismo. Pero si hubiera tenido algún interés en mantener un pie en este otro mundo cada día.

Ni yo ni ninguno de mis amigos conocidos. ¿No ves que nunca hemos pretendido engañarnos y simular que buscábamos una cosa distinta de aquello que en realidad queríamos? sabemos que somos hombres y que amamos a los hombres. Personalmente, nunca he querido pasar gato por liebre. No somos afeminados, a pesar de la fama que tenemos, y aquellos que se ha preocupado en comprendernos un poco así lo han tenido que confesar. No quiero decir con esto, porque no tengo nada en contra con el afeminamiento, aunque muchos lo confunden, que no exista en nosotros una marca, una señal alguna cosa que nos permita reconocernos sea donde sea. Pero en que consiste esta marca, quizás ni yo mismo te lo sabría decir. Está hecha de cosas impalpables y que escapan a la atención de los no iniciados. Otra manera de mirar, otra calidad de interés, un interés inconsciente que puede inconscientemente sabemos apreciar en los otros. Tú misma no habrías tenido ni la más pequeña sospecha. En mi manera de verlo, es afeminado el hombre que centra su interés en las mujeres, y éste hombre no solo puede sentir repugnancia por quien pretenda engañar su deseo presentándose como una chica sin serlo. De la misma manera, nosotros, la mayoría de nosotros, hemos centrado nuestras apetencias en el propio sexo.

Te puedo asegurar que todos los hombres que he amado eran completamente viriles, sin ningún equívoco y he conocido muchos. Como ellos, yo lo tienes que haber comprendido, yo también emprendí mi viaje a la búsqueda de un puerto que, por otra parte, nunca encontré. Es esta dificultad, casi esta imposibilidad de fijarse, de establecer una vida en común definitiva, la única cosa queme podría hacer creer que somos verdaderamente, como decís unos anormales. Porque hay un fallo en todo esto que no es capaz de llegar a una consecución, o cunado esta realización es provisional. Ahora, que si lo miramos a fondo. ¿No es también provisional la consecución que hombre y mujer realizan por medio del matrimonio?

No hay comentarios: