7.2.09

EL EMBRUJO DE BRAHIM

Fragmento traducido del catalán
y extraído de la novela
L’amant del nois de Isidre Bravo


De entre todos sus gestos, el que más me emociona es cuando después de besarte cuatro veces en la cara, o de hacer una apretón de manos, se acercan la mano derecha en el pecho, como remarcando la sinceridad del sentimiento, la donación.. Y además, mirándose a los ojos. Te adelanto que, después de dos días de buscar, cuando ya estaba desesperanzado y confundido con respecto del siguiente paso que habría que hacer, encontré a mi querido Brahim; que nuestra amistad ha crecido, también te adelanto que la suya es la más pura que la mía, como puras son de raíz todos los movimientos de su corazón; que la forma poética de dar salida a las cosas que me quiere comunicar sin tener las palabras para hacerlo me desarma.; que estoy convencido que si lo conocieras, lo amarías y que he imaginado que tú yo podíamos adoptar un desvalido marroquí de diecisiete años, o simplemente, llevarlo a casa y cuidarlo.. Brahim, a quien tanto amo, es tozudo y orgullos, en eso se te parece a tí, tiene los ojos más preciosos de la tierra y una buena disposición- y ganas, me parece, -aceptar órdenes y normas que sean lógicas. La bajada en taxi, los seis, de Siddi a Fez, para coger, juntos, el autobús de vuelta para volver a Ouezanne, con Brhim apoyado a mi pecho y rodeado por mis brazos, con sus piernas encajonadas con las mías y mi mano derecha cayéndole sobre el brazo y sobre el pecho, él dejado ir en el bienestar de la amistad y felizmente inconsciente de los ejes de mi sentimiento. El tacto suave de su piel, el tibio abandono de sus músculos... ¡Qué placer absolutamente perfecto que justifica la vida por si solo.


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