14.1.09

LA FUERZA DEL AMOR


Fragmento extraído de la novela
Habitaciones separadas de Vicenç Tondelli

Esta vez el amor es un cuerpo alargado y seco, de miembros todavía adolescentes, con un contorno suave, sinuoso y noble. Es una cara alargada y una mandíbula sólida, cuadrada. Y también sin un par de ojos intensos negros, delante de los cuales resbala, de vez en cuando un pelo de cabellos de color de miel oscura. Es una manera especial de mover las manos y de dejar caer, paralelas las piernas. Y es finalmente, una voz, una entonación de un beso sofocado, la emoción de una sonrisa franca y aguda. Es la austeridad de su carácter, la esencia, loa gracia de un ser que, en el estado presente del sueño, responde al nombre de Thomas, toca el piano con sus manos, besa con sus labios rojos y hace el amor con los dorsales tensos.

Leo resigue con los dedos el cuello de Thomas, se encamina hacia la oreja y la raíz de los cabellos. Cierra los ojos y una sonrisa beatífica le distiende los labioso Continúan sentados en el suelo, apoyados contra la pared, con las piernas estiradas. Reclinado sobre Thomas, Leo lo besa, resiguiendo con los labios todas las facciones de la cara. El abrazo se convierte cada vez en una escaramuza imperfecta, demorada por la ropa, caótica. ¿Cuánto tiempo hacía que leo no sentía tan cerca la presencia de un deseo tan fuerte e impetuoso como este; el olor de un chavalito, de sus cabellos del leve sudor de sus hombros, el movimiento de un cuerpo abandonado entre sus brazos firmes, el estremecimiento de una musculatura acariciada por unas manos gruesas? Thomas le ofrece todo aquello con una disponibilidad interior que Leo intuye vibrante y adulta.

No hay comentarios: