30.9.13

ANGEL GUARDIAN



Fragmento extraído del diario

Retrato de un artista en 1956

de Jaime Gil de Biedma

 


Subí tambaleante la pasarela y ala entrada el Steward me devolvió el pasaporte con un impreso de customs clearance para Hong Kong. Precedido por el mismo steward entré tropezando en mi cabina cubierta y me senté a cumplimentar laboriosamente aquel impreso, él siempre a mi lado standing at attention. El calor allí dentro era sofocante y en medio del trabajo quise aflojarme la corbata. Entonces, oh entonces, mi silencioso ángel guardián deshizo delicadamente el nudo, botón a botón me desabrochó la camisa hasta la cintura y me aligeró de la chaqueta con tanta destreza que apenas necesité interrumpirme. Puse a toda prisa la firma en el papel, me levanté y esperé. No mucho rato. Pasó a desnudarme minuciosamente, engujándome el sudor del cuerpo con una toalla y cuando ya daba yo muestras visibles de excitación, me tendió sobre la litera y empezó a masturbarme. Era impersonal y eficaz. Tantas y gentiles atenciones a un borracho muy naturalmente me movieron a corresponder, so I unzipped his fly and rewarded him with a thoroughly well done blow job. Tuvo  un orgasmo imperturbable, se ajustó la bragueta apenas descompuesta, me preguntó si deseaba u whisky. Volvió al minuto, me lo dejó bien a mano sobre la mesilla, me arropó, era por completo innecesario, y se marchó sin decir más palabra, apagando la luz.

 

Entró la noche, y del olvido en brazos

caí cual piedra en su profundo seno.

 

 

 

 

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