Un poema de Salvador Novo
Junto a tu cuerpo totalmente entregado al mío
junto a tus hombros tersos de que nacen las rutas de tu abrazo
de que nacen tu voz y tus miradas, claras, remotas,
sentí de pronto el infinito vacío de su ausencia.
Si todos estos años que me falta
como una planta trepadora que se coge del viento
he sentido que llega o que regresa en cada contacto
y ávidamente rasgo todos los días un mensaje
que nada contiene sino una fecha
y su nombre que se agranda y
vibra cada vez más profundamente
porque su voz no era más que para mi oído
porque cegó mis ojos cuando apartó los suyos.
Y mi alma es como un gran templo deshabitado
pero este cuerpo tuyo es un dios extraño
forjado en mis recuerdos, reflejo de mi mismo,
suave de mi tersura, grande por mis deseos
máscara, estatua que he erigido a su memoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario