7.2.11

EXPERIMENTO CON NEGROS



Fragmento extraído de la novela Roy
de Roger Peryrefitte



Roy se temía que no podría ver con Jack tan a menudo como habría querido. El recuerdo de aquel miembro descomunal que lo había penetrado hasta la mitad bastaba para inflamarle la sangre. Como se sentí más libre de cara al colegio ahora que no tardaría en dejarlo, sintió el deseo de hacer un par de experimentos sexuales para ver si alguno de sus compañeros podía proporcionarles sensaciones semejantes. Puso el ojo en un negro de quince años, Jim Mellow. Roy había oído decir que el miembro de algunos negros parecía una trompa de elefante…

A la vuelta del colegio, Roy se estremeció de placer cuando vio que Jim franqueaba el umbral de su habitación en la casa de Summit Drive. Como habían acordado, llevaban puestos los pantalones cortos. Rpy consideraba adecuada para su proyecto esta prenda, que en el Buckley era particularmente corta, como los calcetines de lana blanca a rayas rojas que también eran muy cortos, enseñaban las piernas desde lo alto de los muslos hasta la base de la pantorrilla. (…) esta vez se mezclaba en la escena el olor un poco denso de la piel negra, que s ele antojaba sensual. Estaban preparados, pero ¿quién de los dos, Jim o él daría el primer paso? El negro se sacó del bolsillo un inhalador en forma de oliva, que apretó en cada uno de los orificios nasales. / ¿Estás resfriado? le preguntó Roy / ¡Ingenuo! respondió Jim, es poppers, para despertar el cerebro y lo demás. Toma, aspira añadió, colocándole el inhalador bajo la nariz. Roy aspiró, pero moderadamente y con desconfianza. Su padre le había alertado contra los peligros de todas las drogas. Hasta entonces la única experiencia de Roy se limitaba a haber fumado dos o tres cigarrillos de hierba. Había obtenido cierto placer y había concluido que los consejos del padre no significaban mucho. Del mismo modo, en este momento constataba que el poppers le estaba cuando efecto. Lo invadió una dulce excitación. Apretó su pierna contra la de Jim. Se sentía trasmutado en pene. Ninguno de los dos muchachos dijo una palabra, pero la nariz de Roy captó un olor distinto: Jim se había bajado los shorts y tenía el pene en la mano. De repente agarró la mano de Roy, como había hecho Jack en el coche, y le sacó su propio pene del short para empezar a sacudirlo. Roy, que había admirado las dimensiones en reposo del miembro de su compañero, las encontró aún más admirables en estado de erección. Él también agitó al otro con furia. Habría deseado placeres más completos pero no se atrevió a pedírselos. Los dos eyacularon al mismo tiempo sobre la alfombra; Jim expulsó toda una catarata.

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